El consejero es un sanador con heridas como todas las personas en algún momento de sus vidas. Alguien que se enfrenta a sus propias heridas y que, el Espíritu Santo las convierte en una fuente de sanación, haciendo que pueda identificarse con la debilidad y dolor de la persona aconsejada. El poder y restauración del Espíritu Santo, que recibe en su propia vida puede llegar a ser un apoyo en momentos difíciles.
«Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo» 2 Corintios 1: 3-5 NTV
Dios nos deja a través de su palabra como vemos en los versículos anteriores, que es Él quien nos consuela en nuestras dificultades, para así nosotros consolar a otros en sus momentos difíciles. Un consejero ayuda a la persona aconsejada a interpretar su propia historia y a desarrollar estrategias para cambiar el rumbo de su vida, no podemos quedarnos estancados en nuestras propias miserias, sino que Dios nos llama a ser valientes y esforzados y de esa manera continuar con su propósito en nuestras vidas.
La consejería o consejos que se basan en la Biblia, estarán llenos de sabiduría, por el contrario si estos se basan en los sentimientos y sobrevivencia de las personas, será difícil que se actúe de manera correcta. La sabiduría no viene de los años vividos o de las experiencias que han pasado, puesto que hay muchas personas mayores que han cometido muchos errores a la hora de tomar decisiones o personas que han vivido una vida muy difícil y aun así han tenido luego que pagar el precio doloroso de sus acciones, pero en la Biblia encontramos algo muy interesante y es que en Santiago 3:17 (NTV) dice: «Sin embargo, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y del fruto de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera.» y en Santiago 1:5 (NTV) dice «Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla.» Entonces esto se resume a que la sabiduría tiene una forma especifica que nos ayuda a identificar cuando estamos actuando sabiamente y que se la podemos pedir a Dios. No es algo con lo que nacemos, sino que debemos pedírsela a Dios.
Cuando nos abruma nuestros pensamientos y emociones llega un punto en el que nos bloqueamos. Cuando tenemos temor de Dios, nos da miedo tomar una mala decisión puesto que sabemos que toda decisión tiene una consecuencia sea buena o mala pero siempre dará un resultado al tomarla. Yo creo que tu al igual que yo, te gustaría poder tomar siempre buenas decisiones para obtener buenos resultados ¿Verdad?.
Para ello te animo a que si hay algo en tu vida que sientes que no sabes como actuar, qué hacer o como cambiar no tomes una decisión solo/a. ¿Por qué? porque por más insignificante que esta decisión o cambio que desees realizar pueda parecer, para Dios es muy importante. Y la mejor manera de saber cuál es la raíz de ese miedo, depresión, ansiedad, vicio, dolor, angustia, resentimiento o rechazo, entre otras, es a través de la consejería. Ese momento en el que tomes la decisión de hablar de todo aquello que te afecta y que te pueda estar asfixiando, compartirlo con un consejero que Dios pueda usar para tomar buenas decisiones, desahogarte y retomar tu vida plena en Cristo, cambiará tu vida.
Escrito por: Darly La Cruz – Consejera bíblica
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